Esta es una de las fundas de ebook en la que más horas he trabajado pero también una de las que más orgullosa estoy. Como sabeis suelo hacer las fundas con forros de fieltro: es bonito, es resistente y sobretodo es acolchado, esas características lo convierten en un material ideal para proteger nuestro e-reader. Sin embargo en esta ocasión la funda no solo debía servir para proteger el dispositivo sino que debía adecuarse a un 'contexto' muy concreto y ello implicaba cambiar todo el diseño. Os cuento:
Mi amigo Julio trabaja como animador en un grupo de Evocación Histórica y Fantasía (Que podeis conocer y contactar picando justo aqui) que se dedica a ambientar eventos y mercados temáticos. El cuidado de los detalles en estas representaciones es indispensable para transportar a los visitantes a otras épocas. En otras palabras, sacar un e-reader en medio del medievo, por ejemplo, queda un poco anacrónico, pero pasar largas horas muertas mirando las musarañas no es demasiado práctico. ¿Solución? crear una funda temática para que el dispositivo pase 'desapercibido'.
Lo mejor, decidimos, era emular un libro antiguo, así pues debía ser una funda rígida. Con la archiconocida técnica de la caja fuerte en el interior del libro,elaboré lo que sería el 'contenedor' (no temais, ningún libro fué maltratado durante esta creación, la malparada fué una guía de Páginas Amarillas). Las tapas, de cartón las forré con papel de cocina y cola blanca tratando que quedara la rugosidad de los libros de piel. Luego vinieron las capas y más capas de pinturas hasta dar con el color del cuerpo. Por último añadí los detalles del interios y ¡listo!
Aquí teneis el aspecto oficial de la funda 'por fuera'. El cierre 'rústico' es el típico de cordel y botón, en este caso botón metálido.
No conseguí hacer una foto que no deslumbrara con la luz, ¡mecachis! pero bueno, como podeis ver las letras negras rezaban un título de Quevedo y para más realismo le añadí un sello típico de edición.
El interior. La primera página es una reproducción de un grabado de uno de los libros de Quevedo. Para darle más realismo está pintado a plumilla.
Tras el grabado, el escondrijo para nuestro dispositivo. El marcapáginas está hecho de lazo rojo.
Un último detalle: Cuando sacamos el e-reader el fondo del escondrijo está decorado con un nuevo grabado, esta vez a carboncillo.
Ya sabeis la próxima vez que visiteis un mercadillo temático estad atentos a los 'libros antiguos'
pueden esconder secretos de otros tiempos :P
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